SOMOS SERES SOCIALES

Javier Castañeda Monter

Cuando Daniel Defoe escribió el libro de Robinson Crusoe, se generó una gran polémica al respecto de la soledad.

El autor se basó en el naufragio de Alexander Selkirk quien era parte de una expedición al océano pacífico y se quedó aislado por voluntad en una isla, la historia es bastante conocida.

Este hombre pasó casi 5 años en esa isla, pero no estaba sólo. Desde el inicio del naufragio conoció a un condenado a muerte a quien rescató nombró Viernes, le enseñó inglés y tuvo un amigo en su aislamiento.

También se quedó con una biblia la cual mantuvo con él toda su vida y convirtió a su amigo.

El libro Robinson Crusoe es una gran, gran novela, y es eso una novela, pues en la vida real una persona que viva en aislamiento, aproximadamente a los dos meses comenzará a escuchar voces, es decir, perderá la cordura, se ve bastante claro en la película de El Náufrago donde actúa Tom Hanks.

Pero regresando al tema el libro desató la polémica sobre el aislamiento y la soledad, dando mucho de qué hablar.

Desde entonces se han hecho muchísimos estudios sobre la soledad y sobre el aislamiento, que no es lo mismo, y se ha encontrado que un hombre en completo aislamiento se vuelve loco en 2 meses, lo que significa que antes de perder la cordura hay situaciones sumamente confrontantes de la persona que se encuentra aislada, que cuando sale del mismo, sale con una visión diferente del mundo y de las cosas.

Déjame decirte que también se encontró que cuando hay una relación estrecha de orden espiritual con quien consideran su Dios, el aislamiento no produce loquera en dos meses, retrasa mucho el desequilibrio emocional.

Hoy en día es muy difícil que una persona se encuentre totalmente aislada, pues la tecnología nos acerca y los medios de comunicación han avanzado casi para llegar a cada rincón de la tierra.

Gracias a la tecnología podemos estar tan conectados que parece que estamos juntos, que estamos en el mismo lugar.

En cuanto a soledad, podemos decir que una cosa es sentirnos solos y otra cosas es estar solos.

Podemos estar solos y no sentirnos solos. Hay mucha gente que vive sola, pero no está sola, sabe que cuenta con una comunidad y de manera recurrente se encuentra con su comunidad.

Pero también podemos estar acompañados y sentirnos solos. Curiosamente.

Creo que a todos nos ha pasado que estamos en una reunión en la que realmente no venimos al caso y nos sentimos solos. Contamos los minutos para que se acabe la reunión y con ella el martirio de estar solos a pesar de estar rodeado de gente.

También existe esa sensación de soledad, esa sensación de que a pesar de que tenemos gente que nos rodea, nos

Javier Castañeda Monter

sentimos solos, esa soledad proviene de temas que no hemos resuelto, que se generó en otros momentos.

Si en algún momento esperábamos que quien nos protegiera no lo hizo, entonces se genera una insatisfacción natural, es decir, no nos dieron el cobijo que necesitábamos.

Y si ese evento sucedió cuando éramos dependientes (de nuestros padres o tutores), entonces la sensación de soledad nos puede acompañar por mucho tiempo, hasta que emocionalmente la resolvamos.

A veces no somos capaces de detectar que tenemos una “necesidad” de estar acompañados insatisfecha, pues de manera “natural” buscamos la compañía de otras personas.

Es natural que queramos estar con gente, es natural querer unirnos a alguien, es natural querer una familia, así es la vida.

¿Cómo podemos darnos cuenta si la soledad que sentimos es una soledad desproporcionada?, ¿una soledad de carencia afectiva?

Si no podemos conectar con otros a nivel profundo e íntimo, hay un tema, es decir, las relaciones sociales que tenemos son superficiales. Nos acompañan, pero no “están” con nosotros.

Incluso con nuestra pareja. Hay muchísimas parejas que viven vidas separadas, vienen en el mismo techo, pero cada quien vive una vida aislada del otro. no Hay una verdadera conexión, no hay una verdadera relación.

Si no tienes amigos cercanos con quienes compartes tus pensamientos más íntimos, además obviamente de compartirlos con tu pareja.

Si te llegan sentimientos negativos de manera recurrente, si tienes miedo a que tu pareja te deje o a que te sea infiel.

Si te das cuenta que tienes problema para comunicar tus pensamientos, y te das cuenta que el mensaje no llega en muchas ocasiones, y eso te aísla en las reuniones sociales o de trabajo.

Si las relaciones sociales te cansan, te fatigan y prefieres quedarte en tú casa que salir y socializar, aunque sea tú familia.

En una relación de pareja esto es un tema que he visto de manera recurrente, se pone de pretexto que la relación está por encima de la socialización, pero sólo es un pretexto que esconde el sentimiento de soledad, de no querer enfrentar a los demás.

Para resolver el tema de fondo es necesario contar con una ayuda profesional, pues quien vive esta situación está en pensamientos cíclicos con mucho dolor asociado.

Si te identificaste con algunos de estos temas, búscame.

También para profundizar en la parte de pareja pues estaré impartiendo un taller el 7, 14 y 21 de abril, para más datos entra a www.mi-terapia.com

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